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Recuerdos En La Atlántida De Itzen Caan - 14ª Parte



EAENKI - TRITÓN - JESUCRISTO

Este es el sello de identidad personal del “Señor del Código”, “el Creador”, “El Rey de los Mares” o “Señor del Agua”, Portador de las Semillas de la Creación y Tutor único de la humanidad; que por provenir de un mundo predominantemente acuático dentro del Sistema Estelar de Sirio, fue reconocido a través de la historia y hasta el día de hoy con el símbolo del “Pez”.

Mas por su esencia acuática al descender a la Tierra, es decir, al encarnar en este mundo físico, ya como humano pasaba a ser energéticamente el “Anfibio” un Ser de esencia mitad cósmica acuática Siriana (Pez) y mitad Terrena (humano); por ello se le representó como el “Tritón”, un ser con dominio tanto para vivir en un mundo de agua (Sirio) como en tierra (planeta Tierra).

Es por esto mismo que aparece a través de la historia la mención repetitiva de un ser mitológico simbólicamente zoomorfo con capacidades superiores o suprahumanas, pero reconocido a la vez como un líder humano real, un verdadero rey histórico ejemplar que vivió y sobrellevó vidas comunes como cualquier otro ser humano.

En la zona arqueológica de Teotihuacán encontramos un buen ejemplo de ello, resaltado de manera especial en el llamado Templo de Quetzalcóatl la “Serpiente Emplumada”, en el cual se rinde culto a un Rey histórico real encarnado por tercera ocasión (hasta ese entonces), pero paralelamente se enfatiza su esencia predominantemente acuática y capacidades suprahumanas que lo colocan o clasifican en el nivel de un dios…. “Divinidad del Mar” o “Dios del Agua”, señalado con el símbolo del dios Tlaloc.



La escritora y vidente Josefa R. Luque Álvarez se refirió a este mismo Rey Atlante (Orígenes de la Civilización Adámica, Arpas Eternas, Cumbres y Llanuras, etc.) con el nombre de “Anfión”, término que proviene de la raíz “Anphi” (ambos) y del término “Ofión” (Gran Ofidio Marino), los cuales unidos hacen referencia a un “Gran Ser de Esencia Acuática, un Espíritu poderoso con la capacidad de vivir tanto en agua como en tierra”, tal como un anfibio; símbolos precisos todos ellos del mismo Rey Quetzalcoatl-Kukulkan.


Esta vidente argentina lo describe enfáticamente como un Espíritu de Luz de alto nivel evolutivo proveniente del Sistema Estelar de Sirio, que encarnó repetidas veces en el mundo físico terreno con el propósito de ayudar a la humanidad, confirmando con ello lo que los grabados maya-toltecas y la mitología de distintas culturas antiguas también describen. Ella le menciona además de como “Tutor Espiritual y Mesías”, también como líder y Rey Atlante en una de sus varias encarnaciones, lo cual coincide y se comprueba directamente con los grabados del Rey Atlante Tritón en el Templo de Quetzalcoatl-Kukulkan, como también con los de Palenque.



Esta imagen del mural en Teotihuacán (México) describe a este Ser llamado Kukulkan o Quetzalcóatl, divinizado como el mismo Rey Atlante Tritón y por ello se le ve simbólicamente representado con la figura de un tritón (animal anfibio real natural), el cual sin embargo se encuentra coronado con un “Penacho Real” o “Corona Atlante”, señalándolo como Rey histórico de dicho imperio; se le ve tocando la caracola marina clásica de esta “Divinidad del Mar”, tal como se le describe en la historia antigua griega coincidiendo con ella y comprobando su veracidad histórica. Su rostro es el de un felino ya que con ello evocan la Era de Leo de aquel entonces, Era del Tercer Sol y Época atlante.

En la tradición maya también se puede ver a este mismo Rey sabio atlante (Pakal-Kukulkan), grabado en la lápida de su tumba bajo el Templo de las Inscripciones (Palenque, Chis. Mex.), perpetuado remarcando ocultamente su esencia acuática: aparece recostado en un lecho marino sobre símbolos acuáticos como la caracola, la concha de madre perla y el lirio acuático (símbolo continental atlante); porta además de manera oculta el tridente que lo identifica junto a todos los símbolos en derredor como el “Rey Atlante” y “Señor de los Mares”… “el Tritón” o último gran “Poseidón”.

Su especial postura en ese diseño de la lápida señala codificadamente el signo hierático del “Agua” equivalente al “Chaac” (Tlaloc tolteca). Así es entonces este ser un Rey-Guía maya atlante humano terreno histórico (Pakal-Kukulkan), pero así mismo es un Espíritu Elevado de Esencia Cósmica Extraterrena, de origen y dominio acuáticos; todo lo cual lo identifica como “Señor o Dios del Agua” un Ser Cósmico suprahumano de Esencia Original Acuática Siriana.


Otro símbolo equivalente de este mismo ser en la lápida de Palenque lo encontramos en el llamado “ChacMool” “Portador del Agua”, el cual es precisamente una imagen recordatorio del mismo “Dios Chaac”, “Dios del Agua”: Espíritu Divino de Esencia Acuática Siriana que descendió al mundo como “Creador de los humanos” y que funge como permanente “Sustentador de vidas”.


Esta figura del ChacMool se encuentra en el “Templo de las Serpientes” o “Templo de los Guerreros” en la ciudad arqueológica de Chichen Itzá en Yucatán (México), la cual se centra de manera sobresaliente en la veneración del “Dios Descendente Kukulkan-Quetzalcóatl” “Serpiente Emplumada”, quien porta los símbolos duales del “Ave” que lo identifica como un Ser Cósmico Espiritual que desciende al mundo, mientras que la “Serpiente” lo señala como encarnado en un cuerpo humano terreno.



Pero por si todos esos símbolos marinos no fueran suficientes, se encuentra ahí mismo señalado (en su tumba bajo el Templo de las Inscripciones), de manera más específica y contundente su Esencia Cósmica Acuática con la forma especial que se le dio a su sarcófago, el cual fue creado para conformar el “símbolo del Pez”, remarcando con esto de manera directa alrededor de su cuerpo su esencia original marina; ya que como un ser libre al haber desencarnado, dejaba el cuerpo humano y prisión terrena temporal para volver a ser el Espíritu Acuático Siriano que originalmente era.



Estos mismos simbolismos se repiten una y otra vez en el curso de la historia y mitología humana en diferentes culturas, confirmando la importancia y trascendencia de dichos signos y reconociendo en todos ellos, la esencia única acuática de un mismo personaje nombrado tan solo de distintas maneras a través del tiempo por la variación de región e idioma y por la intención de resaltar sus diversas cualidades, definidas con cada nombre o adjetivo que se le imponía.

Por ello coincidiendo una vez más se le encuentra también representado en la historia y grabados Sumerios, en la figura de un líder divinizado llamado “EaEnki” “Dios del agua y de la tierra”, representado una vez más con las características y capacidades del Anfibio o Anfión, mitad esencia acuática y mitad terrena; por ello se le puede ver como humano pero portando un pez como parte característica y sobresaliente de su personalidad, o mejor dicho de su Esencia Cósmica Acuática original Siriana.


 Esta característica acuática especial y tan definida en todos esos personajes mencionados con anterioridad, los correlaciona y señala sin lugar a dudas como el mismo Ser: el mismo Rey “Pakal” y dios griego “Tritón”, mismo “EaEnki” sumerio, mismo hombre blanco barbado maya llamado “Kukulkan” o el tolteca Quetzalcóatl..

Como soporte a toda la simbología anterior, se encuentra la propia historia que gira en torno a cada uno de esos personajes, narrando su función u obra en la Tierra de manera coincidente. De igual forma sucede con la descripción de cada una de sus personalidades, ya que en ambos casos y en todas sus versiones se le describe de manera similar como un Ser de características superiores: un Espíritu Cósmico de elevado nivel evolutivo que descendió a la Tierra y que fungió como un “Dios Creador” el cual renació como humano entre los humanos para ser su Rey, Líder, Maestro y Guía ejemplar. Un ser benevolente, compasivo y de gran sabiduría que compartió su conocimiento superior con la humanidad de cada Era.

La historia de EaEnki (como se puede ver en sus imágenes y escritos referentes a la tribu Dogon en la República de Malí, África) no es la excepción a todo esto, sino que al contrario en ella se confirma todo lo anterior. Sus tradiciones dicen de manera directa y clara haber tenido contacto con unos seres cósmicos venidos del Sistema Estelar Binario de Sirio, específicamente de la “Sigi Tolo” o “Estrella de la fundación” conocida como Sirio A y de “Po Tolo” conocida como Sirio B.

Estos seres a los cuales llamaron “Nommos” (según su descripción simbólica) eran “mitad hombre y mitad Pez”, es decir un “Anfibio”, símbolo que hace referencia a su esencia cósmica acuática Siriana en unión con la humana terrena debido a su encarnación en este mundo físico.



 Los Dogon les describen originalmente como seres benevolentes (los de Luz) guiados por un líder de gran sabiduría, el cual les ayudó en su vida cotidiana y les transmitió su conocimiento espiritual y cultural. El símbolo con el que se le representa es una vez más “el Pez”, con lo que es nuevamente confirmado como “Divinidad del Mar” o “Señor del Agua”, tal como el Tritón o Rey Kukulkan (Pakal): Espíritu de Esencia Acuática.

Para constatar una vez más todo lo anterior, ya en época moderna este mismo Ser Siriano de Esencia acuática, aparece como el galileo Jesuá el “Kristo” con el título de “Pescador de hombres” y siempre acompañado del simbolismo del “Pez”, el cual pasaría a ser signo representativo inconfundible de sus seguidores y del Cristianismo.

 Al igual que el poderoso Rey Tritón o Poseidón, Jesuá el Kristo tenía el dominio sobre el agua: el poder para “llamar a los peces”, el control de “caminar sobre las aguas” y “calmar tempestades”. Además su simbología moderna característica conlleva el término “Ichtus” o “Ichthys” (ΙΧΘΥΣ, ['ix.θys]), el cual tomado del griego se traduce como“Pez”.


 Mas sin embargo no solo eso abarca ese código que acompaña al Kristo, ya que la raíz “Ich” de dicho concepto “Ichthys” deriva de la lengua maya antigua el Kananeo y significa “Semejante”, “Rostro, Imagen o Fruto” y es empleado directamente en el texto Bíblico del Génesis para nombrar a los seres humanos “recién creados” a “Imagen y Semejanza de su “Dios Creador” identificado en su manifestación al mundo, una vez mas con el símbolo del “Pez”.

Dice el texto sagrado que “el Eterno” al crear al hombre (según lo narrado en la Torá, Génesis 2,23) “…..lo llamó Ish” (del griego “Isos” “igual”), término que proviene de la raíz madre “Ich”, señalando con ello que el “Creador de los humanos” les hizo a su imagen, es decir: de acuerdo y con la conformación de su propia Genética Acuática Siriana señalada con el simbolismo del “Ichtus” “el Pez”.



En base a todo lo anterior, confirmado una y otra vez en escritos y símbolos sagrados de diversas fuentes de culturas distintas las más sobresalientes, debemos los seres humanos ya aceptar y comprender con mente abierta y revolucionada, el hecho de que al igual que nuestro Creador de Esencia Acuática Siriana portamos los humanos en nuestra integridad las mismas características y capacidades superiores propias de aquel Sistema Estelar llamado el “Kan Mayor”, el cual no por nada es considerado “Sol Gemelo” de nuestro propio Sol regente del “Sistema Solar”.

Somos el “Ich” “fruto” del “Ichtus”, “Seres de Esencia Acuática Siriana” creados a partir de la propia Esencia Siriana del “Dios Pez”. Por lo tanto somos de igual forma que Él, los “Anfibios” ya que portamos en nuestra integridad la Esencia Bioenergética Acuática Cósmica Siriana por herencia divina y la materia Biofísica Humana Terrena que en combinación dieron como resultado la aparición del “Homo Sapiens”.



La referencia al Sistema estelar de Sirio como eje central e importante de la Creación de los humanos, no solo se puede encontrar en la cultura Dogon, sino también dentro de la Egipcia, Maya atlante y Lemuriana, las cuales reconocen a la “Constelación de Sirio” con el nombre de “Ahau Kan”, el “Kan Mayor”, “Serpiente Mayor” o “Serpiente Reina”; siendo un grave error de traducción posterior (debido al olvido por el paso de miles de años y cambios de región y lengua), el concepto de ‘perro’ para el término de “Can” o “Kan”, ya que éste es un nombre prehistórico proveniente de la lengua original maya-atlante “Kananeo Antiguo” que significa “Serpiente”.

Pero se debe tener en cuenta que por una parte se encontrará “la Serpiente terrena” símbolo serpentino maya atlante “AhauTsab Kan” “Gran Serpiente de Cascabel”, la cual es portadora y medidora del “tiempo-espacio” terrenal y por ello, símbolo de la encarnación del Alma en el nivel denso físico: con su cascabel lleva la medida del tiempo al ir agregando (según la creencia popular) cada año un cascabel a su cola y con su cuerpo señala el ciclo de reencarnaciones en el plano físico de tercera dimensión (límite espacial), con cada muda de su piel como cuerpos que va dejando el Alma y demostrando con ello que la muerte no existe.

Por otra parte a diferencia de lo anterior, encontraremos el símbolo de una “Serpiente Cósmica Solar” con la cual fue representada la Constelación de Sirio reconocida desde la prehistoria con el nombre sagrado de la “Ahau Kan”, llamada por ello también “Dragón”.

Por esto mismo es que “el Creador”, “Ser Cósmico Acuático Siriano” además de portar el símbolo del “Pez” se le asocia y se le ve acompañado de manera constante por una “Serpiente” o “Dragón”, evocando con ello su lugar de origen, su Sistema Solar o Estelar natal Siriano. Cuando se le acompañaba con la serpiente terrena de cascabel se enfatizaba el hecho de que encarnó o entró en el ciclo de reencarnación física en la Tierra.

Es así como tanto en el “Libro de la Duat” o de la “Cámara Oculta”, como en el Libro de los Muertos aparece junto al “Creador”, el símbolo de la serpiente cósmica o serpiente alada haciendo referencia directa a su Esencia de elevado nivel y a su Constelación de origen: el Sistema Estelar de Sirio “Kan Mayor”.



La ciudad arqueológica de Palenque, lugar de retiro o destierro del mismo “Señor del Agua” Kukulkan (el rey Atlante tritón y EaEnki sumerio) es también conocida con el nombre “NachanCaan” con el cual se reconocía como “Tierra (casa o lugar) de la Serpiente Celeste”; esto nos descubre la referencia directa al cielo, a una serpiente en el cielo o Sistema Estelar Serpentino: por excelencia la gran serpiente de nuestra bóveda celeste la “Ahau Kan” o “Kan Mayor” Constelación de Sirio.

Su simbología se encuentra representada de manera sobresaliente en la parte alta del diseño de la lápida de Kukulkan (Pakal) en Palenque bajo el Templo de las Inscripciones. A manera de estandarte se levanta por encima del propio Rey, en un mástil (cruz) que en lo alto lleva a la “Ahau Kan” “Gran Serpiente Reina” o “Dragón”; mas especificando que hace referencia al Sistema Estelar Binario Siriano es representada con la unión de dos “Serpientes Cósmicas Solares” que se entrecruzan.


 Esta imagen serpentina en el diseño de la Lápida, sabemos que hace referencia (en uno de sus niveles de decodificación) a una constelación y en ella a un sol especifico, porque no es una serpiente común sino la gran “Serpiente Cósmica Solar Ahau Kan” llamada también “Dragón” por sus cualidades ígneas, pero además porque al decodificar la imagen en un nivel más profundo, se ve que los dragones con su cuerpo forman un Sol, símbolo de un Sistema Estelar específico.





Quede claro entonces que el signo del “Pez” representa o hace referencia a la propia Esencia Acuática Siriana personal del “Creador de los Humanos”, por el planeta de agua del cual proviene específicamente; y que el símbolo de la “Serpiente Cósmica” o “Dragón” representa a la Constelación completa del “Kan Mayor” o “Ahau Kan”: el Sistema Estelar de Sirio al que pertenece dicho planeta.

Habiendo identificado a este Ser Superior Cósmico Espiritual ya como el mismo y único “Creador de la Humanidad” a través de los tiempos y regiones distintas del planeta, en base a la constante aparición de su misma simbología, repetida historia y características personales, conjuntamos toda la información en su derredor para concluir lo siguiente:

Este importante y trascendente personaje es un Genetista de naturaleza cósmica acuática que descendió a nuestro mundo hace miles de años proveniente del Sistema Estelar de Sirio con el único propósito de crear una especie humana que ayudara en el Proceso Evolutivo de Trascendencia de la Dualidad a la Unidad Consciente.

Tuvo varias encarnaciones en diferentes épocas y regiones de este planeta, a través de las cuales continuó transmitiendo su semilla y sabiduría, siguiendo de cerca el proceso evolutivo de aquellos que para él serían en adelante y por siempre sus hijos, su mismo Linaje Solar, su Línea de Sangre o Sangreal.

Este proceso como un proyecto de vida, conforma un Gran Plan Divino de repercusión evolutiva no solo terrena sino cósmica interestelar, por lo cual es supervisado por las varias razas madres que colaboraron con este Tutor de la humanidad terrena desde el principio de la creación.


 Fue por todo eso (que formaba parte también de su evolución personal), que bajó a la Tierra desde el principio conformando parte de una Gran Hermandad Cósmica junto a la cual trabajó para preparar el nuevo mundo en el cual se llevaría a cabo el Gran Proyecto Humano: un planeta joven que fuera un espacio adecuado para esta labor de trascendencia Universal.

Así fue que 12 principales razas de “Polaridad Lumínica” o “de Luz” junto con su dualidad o raza contraparte de “Polaridad de Oscuridad”, fueron enviadas a este nuevo mundo por un Poder Superior y Ley Cósmica Divina para trabajar conjuntamente en este nuevo planeta, que a partir de entonces pasaría a ser una “Reserva Ecológica Cósmica” protegida.

Todos los grupos de razas polares convivirían y trabajarían juntas debiendo enfrentar y superar su dualidad externa, aprendiendo de la nueva especie que para ello sería creada: el “Homo-Sapiens”. Fue por ello conformado este mundo y sus habitantes con la dualidad interna conjunta-individual, la cual permanecería dentro de cada Ser Humano en una lucha continua natural por oposición polar energética inherente, hasta que llegara el momento en que lograra el equilibrio y fusión consciente de ambas energías: “la neutralización de su polaridad interior”.

La diferencia entonces deberá quedar clara: en los Seres Creadores o Dioses Descendentes la “dualidad la viven de manera externa o separada” con su contraparte raza polar opuesta. El Ser humano en cambio vive su “dualidad individual interna conjunta” como parte de un proyecto cósmico de aprendizaje y salto evolutivo, tanto para Seres Cósmicos Extraterrenos como para los propios seres humanos, comprendidos por ello como una “Creación Especial de elevado ideal”.


Esta nueva creación cósmica especial llamada “Homo-Sapiens” es vigilada y protegida bajo Ley Cósmica Divina por Altas Potencias Arcangélicas, es decir Seres Espirituales de evolución mayor, de nivel superior al humano, e incluso superior al propio de los “dioses descendentes” que crearon y cuidan la evolución terrena. Estas grandes potencias superiores en cambio vigilan y controlan a todos los involucrados en este Gran Proyecto Tierra, tanto a terrestres como a extraterrestres por el equilibrio y evolución Universal.

Cumpliendo entonces con un Plan Cósmico Divino Superior, este Creador y Genetista acuático Siriano conformó al Ser Humano aportándole el gen propio de su especie y transmitiéndole al mismo tiempo de manera interna y externa, sus valores Espirituales y Conocimiento avanzado, ayudando de manera permanente en su proceso evolutivo, para lograr el éxito planeado, pero sin brincar el espacio personal de vivencia individual por respeto a la Ley del “Libre Albedrío”.

Llamado “Nudimmud” el “Dios Creador” o “Ea” “Señor del Agua”, este “Dios Descendente” entró en el proceso de la “Rueda de las Encarnaciones”, pasando a formar parte activa humana entre su misma creación. Así fue que viviendo en el mismo nivel físico experimentó la vida densa tal cual la vivían los terrenos en la tercera dimensión, involucrándose por ello, no solo de manera física sino emocional creando una fuerte conexión y lazo afectivo con los humanos.



Fue así como se originó desde entonces y hasta el día de hoy en que aún prevalece, la llamada “Línea de la Rosa”, el “Sangreal” o “Santo Grial”, que guarda, sigue y mantiene su lazo energético, genético y consanguíneo original Siriano. El Cáliz Divino, por lo tanto, es el propio Ser Humano llamado “Homo Sapiens” el cual porta la Sangre Divina y en ella el Gen Cósmico del “Dios Pez” EaEnki, el “Ichtus” al cual se nombró para la posteridad como “el Kristo”.


http://mibudha.blogspot.mx/2013/05/recuerdos-en-la-atlantida-de-itzen-caan_3600.html